martes, 17 de julio de 2012

VIRGEN DEL CARMEN - CEUTA.

Puntuales, como cada año, fueron muchos los devotos que se concentraron a las puertas de la Iglesia de La Almadraba para recibir a la Virgen del Carmen en su salida anual y desear suerte a una her- mandad que, esperaba impa- ciente la salida en procesión, la entrada en la playa, la misa en su honor y en el encuentro de Ella otro año más.
A su llegada a la playa, cientos de fieles esperaban la celebración de la ceremonia, protagonizada por una homilía a la esperanza en tiempos difíciles y en la que no faltó el arte del Coro del Rocío y de la banda de música poniendo compás a todo el recorrido de la Virgen del Carmen.
El momento más emotivo, como cada año: su llegada al mar. El levante obligó a sumergir a la Virgen unos metros más allá del espigón ante centenares de fieles que no quisieron perderse una de las tradiciones más queridas por los ceutíes. Sobre un man- to de rosas, los costaleros, una hornada joven apunta- lada por los más vetera- nos, tuvieron que situarse más cerca del Tarajal, unos metros más allá de donde se suele sumergir tradicionalmente a causa de las olas provocadas por el temporal de levante. Pero se sumergió. Al grito de guapa. Varias veces. Cuatro. Entre aplausos, piropos y peticiones en silencio. Luego, procesión por las barriadas más cercanas.