La dificultad produce
paciencia;
la paciencia, caridad;
la caridad, esperanza;
y esa esperanza no
defrauda,
porque el amor que Dios
nos tiene inunda nuestros corazones
por el Espíritu Santo que se nos
ha dado.
...y el que esté libre de pecado,
si tiene valor...
que me tire la primera piedra!